Brocheta de queso, aceitunas y cherrys

Este aperitivo se nos ocurrió a mi amiga Ana y a mí para la cena de fin de año, y la verdad, que quedó delicioso y literalmente, desaparecieron de los platos. No hay que cocinar nada. Por lo tanto, sencillo no es..... lo de después (como se dice ahora). Y os lo voy a explicar sobre la marcha porque no hay ningún misterio.

- Cogimos un paquete de tomates cherrys de varios colores: rojo, amarillo y kumato. De ahí ya tenemos surtido de sabor y color. Los lavamos y partimos por la mitad. Se dejó reservado.
- De un queso curado (que en este caso era D.O. Roncal pero podía ser perfectamente un queso manchego o cualquiera de las sabrosas variedades que tenemos en Málaga con el sello de calidad #SaboraMalaga ), cogimos una cuña y la hicimos dados, más o menos del mismo tamaño. Reservamos.
- De una lata grande de aceitunas sin hueso, de sabor anchoa, las escurrimos bien del líquido que traían y dejamos reservadas.
- Con brochetas de bambú (que podéis encontrar ya en muchos supermercados y tiendas de especias), se fue pinchando: medio cherry, un dado de queso y una aceituna. Así sucesivamente, y poniendo en un plato o fuente plana para servir.
- No llevan aliño porque el queso curado, ya aporta sal y sabor. La aceituna también está aliñada y aporta el toque de vinagre. Así que dejamos la frescura del tomate al natural.

Un primer plano de las brochetas listas para comer.


La presentación final: las brochetas del borde con el pincho hacia el borde del plato,
y las del centro, que estuvieran hacia arriba.


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